Blanca Carpintero, concejala del PSOE, ha alzado la voz ante la supresión de la Comisión de Fiestas de Burgos. Este órgano, históricamente, funcionaba como un auténtico pilar en la concepción y ejecución de las festividades locales, brindando una plataforma para que diversos colectivos y partidos políticos aportaran su visión y propuestas.
Otro atentado más en la «Guerra Cultural» de PP y VOX en Castilla y León.
La decisión, atribuida al bipartito del PP y los ultraderechistas, se percibe como un retroceso en la práctica democrática de la gestión cultural. Blanca Carpintero, quien en su momento lideró el área de Festejos, ha criticado esta medida por considerar que silencia a la oposición y, por ende, a un sector significativo de la población que confió en el PSOE. La eliminación de la Comisión de Fiestas se ha presentado como un hecho consumado, sin previo aviso ni debate, lo que ha generado una ola de descontento entre los afectados.
La concejala ha enfatizado que, a pesar de la mayoría que ostenta el gobierno actual, es esencial mantener canales abiertos para la discusión y el intercambio de ideas. La cultura y las tradiciones de una ciudad como Burgos, con aspiraciones a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2031, no pueden verse mermadas por una gestión que excluye voces opositoras.
La Comisión de Fiestas, que involucraba a la Hermandad de Peñas, el Comité de Folclore, la Federación de Hostelería y representantes políticos, fue un ejemplo de colaboración y participación ciudadana. La preocupación se extiende al ámbito cultural, donde la falta de pagos a pequeñas compañías amenaza la continuidad de festivales emblemáticos como el Festival de Danza Burgos-Nueva York, el Tribu o el Festival Escena Abierta.
Carpintero ha asegurado que, a pesar de los obstáculos, el PSOE continuará luchando por la cultura de la ciudad y por mantener vivas sus tradiciones. La eliminación de la Comisión de Fiestas no solo es un golpe a la cultura, sino también a la esencia misma de la participación democrática.
