Respecto a un asunto que lleva caldeando los ánimos durante meses en el Ayuntamiento de Burgos, el gobierno municipal conformado por PP y VOX, finalmente ha aprobado la subida del 9,5% en la tasa del agua, desoyendo las alegaciones presentadas por el PSOE. Este incremento, que el bipartito justifica como necesario para la mejora de infraestructuras hídricas, ha sido tachado por la oposición y parte de la ciudadanía como un «atraco» a los bolsillos de los burgaleses.
El Pleno del Ayuntamiento rechazó todas las alegaciones del PSOE, que argumentaba la innecesaria subida basándose en el superávit de la sociedad municipal de aguas. Según los socialistas, este excedente financiero, que asciende a 2,46 millones de euros, demuestra que la medida es superflua y carga injustamente a los ciudadanos con un «tasazo» del agua.
La defensa del aumento por parte del presidente de la Sociedad de Aguas, el ultraderechista Fernando Martínez Acitores, ha pretendido minimizar el impacto económico en las familias, estimando un incremento de apenas un euro al mes. Sin embargo, esta perspectiva no ha aplacado las críticas, que ven en la subida un «atraco» a través de una presión fiscal innecesaria sobre una población ya castigada por otras cargas económicas.
El PSOE, por su parte, fue firme en su rechazo, señalando que la decisión no era necesaria. La formación subraya la solidez financiera de la sociedad de aguas, con un remanente de tesorería significativo y un resultado positivo que, a su juicio, invalida cualquier justificación para el incremento tarifario.