La Junta de Castilla y León ha decidido no tramitar las ayudas destinadas al autoconsumo eléctrico, financiadas con fondos europeos. Esta decisión, que afecta a más de 18.000 familias, se ha tomado bajo la excusa de que “son muy complejas”.
La Junta, liderada por PP y VOX, se une así a las comunidades autónomas gobernadas por la derecha y la ultraderecha en un acto infame de priorizar el enfrentamiento político contra el gobierno central y por supuesto, una absoluta traición a los ciudadanos.
El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, ha minimizado la importancia de esta pérdida, confiando en una futura convocatoria “más sencilla”. Sin embargo, su argumento se desmorona al observar que otras comunidades gobernadas por el PP, como la Comunidad Valenciana y Cantabria, sí están tramitando estos fondos. Esta contradicción pone de nuevo en evidencia su estrategia política reaccionaria y desdén por los problemas que enfrentan los ciudadanos de Castilla y León, incluidos sus votantes.
Gran vulnerabilidad económica por despreciar las ayudas al autoconsumo energético.
La negativa de la Junta a sumarse a la recepción de estos fondos, que ascendían a más de 300 millones de euros, ha dejado a más de 18.000 familias sin la posibilidad de recibir hasta 8.000 euros de ayuda para la instalación de placas solares en sus hogares. Esta situación ha generado una impotencia generalizada entre familias y empresas, que se ven incapaces de acceder a estas ayudas por culpa de la negativa del gobierno de Mañueco y García-Gallardo.
El PSOE, por su parte, ha criticado duramente esta decisión, acusando a la Junta de Castilla y León de sumarse a un boicot contra el Gobierno de España a costa del interés general. El portavoz socialista de Fomento, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en las Cortes, José Luis Vázquez, ha desmentido a la Junta, señalando que son las propias comunidades autónomas las que determinan los criterios y procedimientos para la gestión de estas ayudas.
La situación es aún más grave si se tiene en cuenta que, de las más de 23.000 familias que solicitaron estas ayudas, solo 5.000 las han recibido. Esto deja a un gran número de familias en una situación de incertidumbre y desamparo económico, agravada por la crisis energética actual.
Esta decisión de no tramitar las ayudas al autoconsumo eléctrico, escondiéndose tras su complejidad, es una excusa evidente y una muestra más de la incompetencia del gobierno de la comunidad, que en lo único que se les ve trabajar es por seguir cultivando una postura política de confrontación contra el Gobierno central. Esta actitud decepciona y traiciona directamente a miles de familias que ahora se ven privadas de una oportunidad crucial para mejorar su eficiencia energética y reducir el gasto dentro de unos costes vitales ya por las nubes.
Un descuido sistemático de las problemáticas reales de la comunidad.
La gestión del Partido Popular y Vox en Castilla y León se ha convertido en un ejemplo de lo que parece un ridículo constante, con un gobierno oscilando entre la ausencia total de plan para revitalizar la economía y las ansias de Vox de regresar a tiempos medievales. Este enfoque ha desviado la atención de los problemas reales de la comunidad, sumergiéndola en una «guerra cultural» inútil promovida por la extrema derecha y a la que se ha sumado el Partido Popular de Mañueco.
El caso de la marca “Castilla y León Excelente”, que supuso un gasto de 17.000€ del dinero público, es solo un ejemplo de la gestión nefasta y el despilfarro de este gobierno. Tales acciones no sólo no aportan nada al desarrollo autonómico, sino que han incrementado el descontento y las dudas sobre la capacidad de liderazgo del gobierno, mostrando una preocupante desconexión con las prioridades reales.
Además, medidas polémicas como la propuesta de obligar a las mujeres a escuchar el latido del feto antes de abortar, con declaraciones ignorantes del vicepresidente de Vox, «yo es que no sé mucho de embarazos», reflejan una alarmante falta de empatía y desconocimiento de las necesidades de la población. Estas políticas, más enfocadas en agendas ideológicas extremas que en soluciones reales, han ignorado problemas críticos como la falta de empleo, el envejecimiento de la población y la despoblación.
El PP de Castilla y León, tras décadas en el poder, ha demostrado una preocupante tendencia a centrarse más en debates nacionales irrelevantes y polémicas estériles que en abordar los desafíos de su propia comunidad. Esta falta de enfoque en las necesidades locales y la incapacidad para implementar políticas efectivas han sido claves en el empeoramiento de la situación económica y social en Castilla y León, con un aumento sostenido del desempleo.
