El magistrado de la Audiencia Nacional ha dictaminado la apertura de juicio oral contra el exministro del Interior de M.Rajoy, Jorge Fernández Díaz, y su equipo. Esta resolución se produce tras las pesquisas sobre la «Operación Kitchen». Este sería un operativo supuestamente diseñado para apropiarse de información del extesorero del PP, Luis Bárcenas, vinculada al caso Gürtel.
Fernández Díaz, en el ojo del huracán, se enfrenta a graves imputaciones. Se le imputan delitos como descubrimiento y revelación de secretos, prevaricación, cohecho y tráfico de influencias. A su lado, figuran personalidades como Francisco Martínez, exsecretario de Estado de Seguridad, y Eugenio Pino, ex director adjunto operativo de la Policía.
El juez, en su auto, ha desestimado ciertas solicitudes de la acusación. Notablemente, ha rechazado la petición del PSOE de declarar la responsabilidad civil del PP, estableciendo en su lugar una responsabilidad subsidiaria para la Administración General del Estado en caso de sentencia condenatoria.
La noticia del juicio al Ministro de Interior de M.Rajoy y su equipo no es ninguna sorpresa en la política española. Las imputaciones, presentadas por entidades como la Fiscalía y la Abogacía del Estado, abarcan desde malversación hasta obstrucción a la justicia.
Las Sombras que Persiguen al Gobierno de M.Rajoy: Cloacas del Estado, Espionaje, Desinformación y Manipulación.
El legado de Mariano Rajoy, está lejos de ser una página dorada en la historia política española, más bien es un oscuro entramado de espionaje, manipulación y desinformación. El «Informe PISA», una burda maniobra que intentaba desacreditar a Podemos, es solo la punta del iceberg de las operaciones turbias que se gestaron en las entrañas del Ministerio del Interior bajo su mandato.
La operación para desacreditar a la formación política liderada entonces por Pablo Iglesias, comenzaba en el periodo en que muchas encuestas daban a Podemos la primera posición con más de un 27% de los votos y Pablo Iglesias como el líder más valorado. Desde entonces empieza la peor campaña de desgaste político en la historia de la democracia.
“Es muy burdo pero voy con ello” llegó a decir el periodista Antonio García Ferreras en una conversación con Villarejo en la que se hablaba de la información que Inda había publicado en su “diario” gracias al informe falso fabricado por parte de la policía y del comisario Pino (cúpula del ministerio de interior de M.Rajoy).
Mientras, la Operación Kitchen revela otro vergonzoso episodio de espionaje político, que muestra hasta qué punto el gobierno de Rajoy estaba dispuesto a llegar para protegerse. Se dió un juego sucio donde todo valía. Robar documentación sensible de Bárcenas, extesorero del PP, no era más que una estrategia para blindar al partido y a sus altos cargos de posibles filtraciones.
Y, ¿qué decir de los «papeles de Bárcenas»? Estos documentos, que Bárcenas guardaba como un as en la manga, destapaban una contabilidad paralela del PP. Pagos en negro, sobresueldos y una red de corrupción que salpicaba incluso al propio Rajoy.
Una trama digna de un guion cinematográfico.
Villarejo, ese comisario jubilado y “cloaquero” que se convirtió en la pesadilla de muchos, ha sido el cronista de esta era de espionaje y corrupción. Sus grabaciones, filtradas a cuentagotas, han dejado en evidencia a políticos, empresarios y periodistas, mostrando una cara oculta y siniestra del poder.
El gobierno de M.Rajoy no solo estuvo marcado por la crisis económica y los recortes, sino también por un entramado de espionaje, desinformación y corrupción. Un capítulo de nuestra historia reciente que ha dejado una profunda cicatriz en la democracia española.
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