Lucas Burgueño, conocido por su acoso al exalcalde Óscar Puente, ha sido detenido una vez más. Esta vez, la causa es la violación de una orden de alejamiento y la emisión de amenazas contra sus propios padres. La situación ha escalado a tal punto que los progenitores de Burgueño, temiendo por su seguridad, han tenido que recurrir a la justicia para protegerse de su hijo.
La detención se produjo tras la denuncia de los padres, quienes alegaron que Burgueño había irrumpido en su domicilio exigiendo una suma de 80.000 euros y amenazando con difundir un video comprometedor de su madre. La tensión alcanzó su punto álgido cuando, en un acto de represalia, Burgueño procedió a difundir el mencionado video a través de WhatsApp, desoyendo la prohibición judicial de comunicarse con ellos.
Este no es el primer encuentro de Burgueño con la ley. Previamente detenido por allanamiento de morada, coacciones y daños, entre otros delitos. Además, enfrenta un juicio pendiente por violencia de género contra su ex pareja, un caso que ha conmocionado a la opinión pública y que pone en tela de juicio su conducta y estabilidad mental.
El caso de Burgueño plantea serias preguntas sobre la eficacia de las medidas cautelares y la protección de las víctimas de acoso y violencia. La reiterada violación de la orden de alejamiento demuestra una flagrante falta de respeto por la ley y un desafío a la autoridad judicial que lo había sancionado.
