La destrucción de empleo en Castilla y León sigue siendo motivo de preocupación. Durante el tercer trimestre del año, la comunidad experimentó un aumento en el número de desempleados, con 6.000 personas más en situación de paro, lo que representa un incremento del 5,92%. Esta cifra supera la media nacional, que registró un crecimiento del 3,36% en el desempleo. Es alarmante que, en pleno 2023, la región muestre cifras que recuerdan a los peores momentos de la pandemia en 2020.
El total de desempleados en Castilla y León ha alcanzado las 106.600 personas, con una tasa de paro del 9,47%. A pesar de que esta cifra está por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 11,84%, no deja de ser un reflejo de la ineficaz gestión de la administración de la Junta, liderada por la coalición entre el PP y la ultraderecha de VOX.
Por otro lado, entre julio y septiembre, se crearon 9.100 puestos de trabajo en la comunidad, un incremento del 0,90%, en línea con la media nacional. Sin embargo, este dato no es suficiente para compensar el aumento del desempleo. Además, en el último año, Castilla y León ha sido una de las comunidades donde más ha crecido el paro, con un incremento del 6,71%, mientras que a nivel nacional el desempleo ha disminuido.
Es evidente que la gestión laboral de la Junta de Castilla y León está siendo cuestionable. La coalición entre el PP y VOX parece no estar tomando las medidas adecuadas para revertir esta destrucción de empleo continuada. La comunidad necesita una administración que priorice el bienestar de sus ciudadanos y que implemente políticas efectivas para la creación y mantenimiento del empleo.