El concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, ha dado un paso preocupante al inicio de su mandato. Con el objetivo de catapultar a Burgos a un rango «puntero» en limpieza y mantenimiento de espacios verdes, Niño opta por un camino costoso que incrementará el despilfarro en la vigilancia de servicios ya externalizados.
Niño ha expresado su asombro por la falta de control sobre las empresas encargadas de la limpieza y cuidado de parques y jardines de la ciudad. Pero en lugar de buscar soluciones internas, el concejal propone gastar más dinero público para contratar una supervisión externa de estos servicios.
El plan del Gobierno Municipal, según Niño, es lanzar un contrato para fiscalizar los servicios prestados por diversas empresas a la ciudad. En el caso de los espacios verdes, se prepara un «nuevo contrato», ya que el actual está por concluir. Este nuevo acuerdo incluirá mejoras, entre las que figura la implantación de una vigilancia de las tareas, a cargo del Ayto. de Burgos o una concesionaria externa.
El concejal insiste en que lo lógico sería que el propio Ayuntamiento controle estas labores con sus medios. Pero si no se puede hacer esto, plantea contratar una empresa externa, incrementando aún más el gasto público.
Como era de esperarse, este incremento conlleva un alto costo. «Habrá un aumento en esta dotación, tanto material como humana», admite el concejal. Para empeorar las cosas, anuncia que se «demandarán más recursos para potenciar estas actuaciones» y se destinará una partida para el cinturón verde, en un intento de proteger el patrimonio forestal de Burgos.
Incluso en el área de recogida de residuos para el comercio y la hostelería, Niño defiende la externalización. «Hemos pensado que la mejor forma de perfeccionar y mejorar este servicio es a través de la consulta directa», justifica.
Todo esto destaca la preocupante énfasis de Niño en el control externo de los trabajos realizados en los contratos más significativos del Ayuntamiento. Para el servicio de limpieza, se planea contratar a una empresa para supervisar la labor realizada por Urbaser, un desembolso adicional de 183.000 euros al año.
Además, para el contrato de parques y jardines, el edil quiere cambiar las condiciones para que no sea la misma empresa quien contrate a la entidad que fiscalizará sus labores. «Si tiene que ser con una empresa externa será con una empresa externa», afirma Niño con una inquietante rotundidad.
A pesar de este exceso financiero que incrementará el despilfarro en la vigilancia de servicios ya externalizados, Niño intenta justificar su decisión señalando que el problema no radica en la falta de realización de trabajos, sino en la carencia de controles y una falta de exigencia necesaria. Una postura que deja más dudas que certezas sobre la gestión futura del Ayuntamiento.