La planta de Bridgestone en Burgos se enfrenta a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), desatando una ola de preocupación entre sus trabajadores. Esta medida, que afecta a las cuatro factorías de la empresa en España, incluida la burgalesa, ha puesto en jaque la estabilidad laboral de la plantilla. El Sindicato Independiente (BUB) de la compañía es el vocal en su inquietud, enfatizando que el impacto en el empleo debe ser el eje central de cualquier negociación.
Regulación de empleo a pesar del incremento en los beneficios.
La estrategia de Bridgestone, centrada en maximizar la rentabilidad mediante la producción de neumáticos Premium, ha generado un aumento significativo en sus beneficios durante 2022 y 2023. Sin embargo, esta decisión estratégica ha llevado a la empresa a producir menos y a centrarse en productos de mayor margen, lo que ha desencadenado la necesidad del ERTE. El BUB insiste en que la situación no es un problema económico per se, sino más bien un asunto de volumen de producción.
La flexibilidad negativa, una cláusula del actual convenio colectivo, ha permitido a la planta detener su producción temporalmente, lo que ha tenido un impacto directo en los salarios de los trabajadores. Esta pausa en la producción, que no es la primera del año, ha sido criticada por el Sindicato Independiente de Trabajadores de Bridgestone (SITB) como resultado de una gestión deficiente por parte de la empresa.
A pesar de las negociaciones en curso, aún no se ha llegado a un acuerdo definitivo. El sindicato BUB, manteniendo la plantilla como su principal preocupación, aboga por un ERTE que no solo aborde la situación actual, sino que también prepare a la empresa para un futuro más competitivo y estable en términos de empleo. La próxima reunión, programada para el 28 de noviembre, será crucial para determinar el futuro inmediato de los empleados de Bridgestone en Burgos y el rumbo de la empresa en un contexto de cambio estratégico.