En un acto de valentía y supervivencia, una mujer ha logrado escapar de su captor que la mantenía retenida y encadenada en Miranda de Ebro, Burgos. Este suceso, que ha conmocionado a la comunidad, revela una historia de resistencia y un sistema de justicia que enfrenta interrogantes.
La víctima, cuya identidad se mantiene reservada, llegó hasta el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro, aún con las cadenas en su cuello. Según fuentes policiales, la mujer fue abordada por un hombre que se ofreció a llevarla a su casa desde el hospital, donde cuidaba a una amiga. Sin embargo, en un giro inesperado, el hombre la llevó a su vivienda, donde comenzó el calvario.
Otro delito de la misma índole estando en libertad vigilada.
El agresor, cuya identidad no revelan, es un individuo con un historial preocupante. En 2015, asumió una condena por el secuestro y abuso sexual de una niña de nueve años en la misma localidad. A pesar de su pasado criminal, este hombre estaba en libertad provisional, lo que plantea serias preguntas sobre la eficacia de las medidas de vigilancia y prevención de delitos.
La detención ilegal y las lesiones sufridas por la mujer encadenada en Miranda de Ebro han dado lugar a una investigación policial exhaustiva. La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional ha asumido el caso, identificando al agresor y emitiendo una orden de detención. Sin embargo, en un giro inesperado, el Juzgado de Instrucción de Guardia de Miranda de Ebro ha decretado la libertad provisional del acusado, una decisión que ha generado controversia y preocupación en la comunidad.
La mujer, en un acto de desesperación y coraje, logró escapar por una ventana de la cocina de su captor, llegando al hospital con las cadenas aún en su cuello. Este momento de escape no solo simboliza su lucha por la supervivencia, sino también la necesidad de una revisión crítica de los protocolos de seguridad y justicia.
La liberación del agresor plantea interrogantes sobre la eficacia de las medidas cautelares y la protección de las víctimas. La comunidad de Miranda de Ebro y más allá se encuentra en estado de alerta y exige respuestas y acciones concretas para prevenir que sucesos como este se repitan.
