En una importante operación, la Guardia Civil ha logrado desmantelar un grupo de jóvenes delincuentes que, pese a su corta edad, ya acumulaban más de 150 detenciones. Esta banda de ladrones, que operaba con una precisión y coordinación milimétricas, ha sido finalmente desarticulada tras un considerable robo en una estación de servicio en Burgos.
El pasado julio, cuatro individuos, con edades entre 20 y 25 años, ejecutaron un plan meticulosamente orquestado en una gasolinera burgalesa. Mientras algunos miembros del grupo distraían a los empleados, otros se adentraban en las oficinas del piso superior. Con una habilidad sorprendente, lograron acceder a una estancia cerrada con una llave previamente sustraída. En cuestión de minutos, estos jóvenes se hicieron con un botín de 8.300 euros en efectivo, además de varios teléfonos móviles y otros objetos de valor.
En un escape igual de calculado, huyeron a toda velocidad en un vehículo, dejando atrás una estela de preguntas y asombro. Sin embargo, lo que no anticiparon fue la determinación de la Guardia Civil. Los investigadores, utilizando evidencias recopiladas en el lugar y testimonios de testigos, comenzaron a conectar los puntos. Pronto identificaron un patrón, un ‘modus operandi’ que vinculaba a estos jóvenes con otros robos similares no solo en Burgos, sino también en provincias vecinas.
El 2 de agosto, el cerco se cerró sobre esta banda de ladrones en Bilbao, donde tres de los sospechosos fueron detenidos. El cuarto miembro fue identificado, y aunque aún no ha sido capturado, es solo cuestión de tiempo. Lo más sorprendente de esta banda es su extenso historial delictivo. A pesar de su juventud, entre los cuatro acumulan más de 150 detenciones, principalmente por delitos contra el patrimonio.