La Hemorrágica Epizoótica sigue avanzando imparable sobre la ganadería bovina de Castilla y León, con Salamanca y Zamora siendo las provincias más afectadas. Esta enfermedad, se expande y deja a su paso un rastro de preocupación, incertidumbre y reses muertas entre las ganaderías de la región. Está demostrando ser una prueba de resistencia más para un sector ya bastante deprimido, desprotegido y continuamente en riesgo.
En Zamora, la situación es alarmante. Las cifras actualizadas por la Delegación Territorial de la Junta revelan que 74 vacas han fallecido a causa de la EHE, un aumento significativo desde el viernes pasado. De las 89 explotaciones analizadas, que albergan un total de 10.759 animales, 1.404 han mostrado síntomas de la enfermedad. Esto representa una tasa de morbilidad del 13%.
Salamanca no se queda atrás. Veterinarios de la región se encuentran en una situación de auténtico desborde, luchando contra una enfermedad que ya ha afectado a decenas de reses.
La Hemorrágica Epizoótica cruza fronteras.
Además de Castilla y León, otras regiones han comenzado a sufrir el impacto de la Hemorrágica Epizoótica. En Asturias, se han confirmado los primeros casos en cuatro reses de vacuno. Aunque la enfermedad ha mostrado un impacto moderado en el vacuno, se esperaba una mayor incidencia en ciervos y corzos. Sin embargo, hasta el momento, no se han detectado casos significativos en estos rumiantes, a diferencia de lo que ocurre en regiones como Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha, donde sí se han encontrado ciervos y corzos afectados. La densidad de fincas cercadas en estas regiones podría ser un factor contribuyente. A medida que avanza la temporada de berrea, se espera obtener más información sobre el impacto real de la enfermedad en la fauna salvaje.
Ahora todas las miradas apuntan a la Junta de Castilla y León y sus principales representantes, el presidente Mañueco y el vicepresidente García-Gallardo. Su gestión ante esta problemática va a ser constantemente vigilada y criticada, ya que la sombra de la incompetencia mostrada durante la crisis de la Tuberculosis Bovina les perseguirá durante todo el mandato. La falta de ayudas autonómicas para hacer frente a la enfermedad ha dejado a los ganaderos en una situación vulnerable una vez más, siempre a la deriva dependiendo de medidas insuficientes y respuestas tardías.
A pesar de la gravedad de la situación, es importante señalar que la enfermedad no afecta el consumo de productos animales. La carne, leche y piel de los animales afectados pueden ser consumidos sin riesgo, manteniendo la alta calidad de los productos de la región.
La Hemorrágica Epizoótica se está consolidando como una sustancial amenaza, la región y todo el sector ganadero esperan respuestas y soluciones concretas y efectivas para combatirla. La esperanza es que, con la llegada del otoño y la disminución de las temperaturas, la enfermedad muestre signos de debilitamiento.
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