La reciente propuesta de un distintivo para empresas de turismo de naturaleza en Castilla y León, bajo la gestión directa de VOX, ha desencadenado un aluvión de críticas, poniendo de nuevo en evidencia la ineficacia y falta de visión del partido en el ámbito del diseño y la promoción turística. Este episodio se suma a una serie de cuestionables iniciativas que están marcando su gestión y resaltan una vez más su inoperancia.
El proyecto, que forma parte de un decreto para regular las actividades de turismo de naturaleza, está siendo objeto de burlas y desaprobación por su diseño simplista y nada profesional. La propuesta incluye un logotipo que combina elementos básicos como un árbol, estrellas y la frase “Turismo de naturaleza”, reflejando una clara falta de creatividad y desconexión con las tendencias actuales en diseño gráfico. Esta elección estética, lejos de promover el turismo, podría tener el efecto contrario debido a su evidente ausencia de profesionalidad.
La reacción en redes sociales y foros locales no se hicieron esperar. Comentarios irónicos y críticas mordaces han inundado el debate público, con usuarios cuestionando si “el sobrino de 7 años de Quiñones” estuvo detrás del diseño. Estas reacciones subrayan la percepción de una gestión deficiente por parte de VOX en un sector crucial para la economía de Castilla y León.
Otro fiasco de la Junta a la altura de «Castilla y León. Excelente».
Además, este no es un caso aislado. Recordemos la polémica anterior con la presentación de la nueva marca turística de la región que tuvieron que retirar al poco de sacarla, una marca igualmente criticada por su diseño amateur, sacado de un banco de vectores, y una más que evidente falta de cohesión. Estos sucesos consecutivos demuestran una tendencia preocupante en la administración de VOX, donde la falta de criterio y la ineficiencia parecen ser la norma en todo lo que tocan.
Este último fiasco en el diseño del distintivo para el turismo de naturaleza no sólo aclara una vez más la incompetencia de VOX en la gestión de proyectos comunitarios, sino que también pone en tela de juicio su capacidad para entender y atender las necesidades y expectativas de la sociedad a la que sirven. En un sector tan vital como el turismo, donde la imagen y la percepción juegan un papel fundamental, estas fallas no son solo errores de diseño, sino síntomas de una gestión desconectada y poco eficaz.
