Pedro Sánchez ha sido investido presidente del Gobierno español, asegurando un nuevo mandato con un respaldo parlamentario histórico. Esta victoria, con 179 votos a favor, supera la marca anterior de Sánchez y se sitúa por encima de lo alcanzado por predecesores como Mariano Rajoy en 2016 o José Luis Rodríguez Zapatero en sus legislaturas. Este apoyo proviene de una coalición diversa, incluyendo a las fuerzas nacionalistas e independentistas de Cataluña, País Vasco, Galicia y Canarias, además de su alianza con Sumar.
La investidura de Pedro Sánchez permite un respiro de alivio en el panorama político español con una extrema derecha echada a la calle con neonazis y cánticos fascistas a la cabeza de las manifestaciones. Las acusaciones de “falta de legitimidad” y “fraude electoral” por parte de PP y VOX no lograron mermar la solidez de la mayoría obtenida por Sánchez.
El proceso de negociación para esta investidura estuvo marcado por la ley de amnistía relacionada con el procès catalán. La oposición, ahora oficialmente en el rol de contrapeso, centró sus críticas en este punto, mientras que los partidos de la coalición gubernamental defendieron la legitimidad y la necesidad de esta medida.
El presidente electo, en su discurso, enfatizó la importancia de respetar las decisiones democráticas y recordó que tanto el gobierno como la oposición derivan su legitimidad del voto ciudadano. Este mensaje subraya la necesidad de un diálogo constructivo y respetuoso en el marco democrático.
Un debate marcado por la radicalidad de la oposición.
En el debate previo a la votación, la oposición lanzó duras críticas contra Sánchez, con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusándolo de fraude y Santiago Abascal de Vox liderando la avanzada “trumpista” en la política española.
Aizpura, de EH Bildu, instó a Pedro Sánchez a abordar el tema de la plurinacionalidad, un debate que, según ella, debe realizarse con calma y sin presiones, respetando la diversidad y la tolerancia. Sánchez respondió que cualquier discusión sobre este asunto debe realizarse dentro del marco constitucional.
El PNV, por su parte, evidenció su distanciamiento del PP, con su portavoz Aitor Esteban criticando las alianzas de los populares con Vox. La postura del PNV es una de las claves de este proceso de investidura: “Alberto, tu tractor está gripado por usar aceite VOX”. La posición del PNV facilitó que el pacto de Junts con el PSOE fuera más “ligero de digerir” para la fuerza independentista de cara a sus bases.
Finalmente, el portavoz socialista Patxi López condenó una agresión a diputados cerca del Congreso, criticando duramente a la derecha por alimentar actitudes extremistas y violentas. Este incidente resalta la tensión que están viviendo las calles de Madrid a cuenta de los dirigentes de la extrema derecha con la complicidad de ayuda de destacados líderes de organizaciones fascistas y neonazis.
