La normalidad del tráfico en la provincia de Segovia fue alterada debido a una escena digna de una película de la saga “A todo gas”. La Guardia Civil, con el apoyo de la Policía Nacional, se vio envuelta en una persecución de alto riesgo que abarcó cerca de 90 kilómetros desde Arévalo a Valladolid. El protagonista de este episodio fue un individuo que, por razones aún desconocidas, decidió desobedecer las indicaciones de un control rutinario en Arévalo.
El inicio de esta persecución se dio alrededor de las 13:30 horas, cuando el hombre, al volante de su vehículo, ignoró el alto en un control de la Guardia Civil en Arévalo. Lo que siguió fue una carrera a velocidades que superaban los 100 km/h, desafiando no sólo a las autoridades sino también poniendo en riesgo a otros conductores y a los peatones.
Con una destreza sorprendente, el conductor evadió múltiples intentos de detención, atravesando medianas y desoyendo toda señalización vial. Su ruta lo llevó a adentrarse en Valladolid, donde su imprudencia lo llevó a recorrer la Avenida de Salamanca, cruzar el Puente Juan de Austria, y desplazarse por el Paseo Zorrilla. Sin embargo, su huida encontró su final en la calle Nicolás Salmerón, en pleno centro de Valladolid. Allí, una patrulla de la Policía Nacional logró interceptarlo, bloqueando su paso y poniendo fin a una hora de tensión y adrenalina.
El conductor, cuya identidad no se ha revelado, enfrenta cargos por atentado contra agentes de la autoridad, delitos contra la seguridad vial y otros posibles cargos que se determinen durante la investigación.
