El Grupo Municipal Valladolid Toma la Palabra (VTLP) ha expresado su firme rechazo ante las modificaciones propuestas por el equipo de gobierno de PP y VOX sobre el proyecto de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Según el grupo municipal, estos cambios no solo desvirtúan una medida clave para la mejora de la calidad del aire en la ciudad, sino que también evidencian una falta de compromiso con la salud y el bienestar de la ciudadanía.
Entre las modificaciones anunciadas destaca el aplazamiento de las restricciones a vehículos sin etiqueta ambiental, que se posponen de enero a junio de 2025, y la ampliación de las exenciones para familias numerosas y desplazamientos a centros educativos. «Estas decisiones son una clara traición a los compromisos ambientales que Valladolid debería asumir como modelo de ciudad», señaló el concejal Jonathan Racionero.
Otro aspecto criticado por Valladolid Toma la Palabra es la reducción del área de la ZBE, que pasa de 3,1 kilómetros cuadrados a tan solo 1,1 kilómetros cuadrados, lo que representa apenas el 0,5% del territorio municipal. Según Racionero, esta decisión «hará imposible cumplir con el objetivo de convertir a Valladolid en una de las 100 ciudades climáticamente neutras de Europa antes de 2030, compromiso adquirido en el anterior mandato». El concejal calificó la medida de «inaceptable», y añadió que «estas decisiones ponen en peligro la salud de nuestros ciudadanos y ciudadanas, demostrando una falta total de visión».
Una de las mayores preocupaciones del grupo municipal es la eliminación de cualquier referencia a los niveles de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según el último informe de Ecologistas en Acción, en 2023 toda la población española estuvo expuesta a niveles de contaminación superiores a los indicadores de la OMS. «Reducir la ZBE y omitir los estándares de la OMS es un acto de negligencia que, de seguir así, puede costar vidas. No se puede jugar con la salud de la ciudadanía», alertó Racionero.
VTLP exige al equipo de gobierno que reconsidere estas decisiones y adopte medidas que prioricen la salud pública y la sostenibilidad ambiental. «Es hora de que Valladolid lidere el camino hacia un futuro más limpio y saludable, en lugar de retroceder en políticas que deben poner a la ciudadanía en el centro de sus beneficios», concluyó Racionero.
