Los concejales de Valladolid Toma la Palabra, Rocío Anguita y Jonathan Racionero, han visitado el nuevo paso de Labradores y Panaderos con el barrio de Delicias comprobando como, esta importante intervención de la Integración Ferroviaria es una solución real, factible y con resultados muy positivos para la ciudadanía. Por contra, el nuevo equipo de Gobierno de PP y VOX han anunciado la paralización del proyecto para el Arco de Ladrillo, cada vez más degradado y peligroso para vehículos y viandantes, negándoles esta solución a las vecinas y vecinos de esta zona de Valladolid para seguir explotando la eterna promesa incumplida del soterramiento.
«Este tipo de actuaciones permiten ganar nuevos espacios públicos para la ciudadanía como este parque con un gran uso por parte de los vecinos con un paso seguro y accesible», reivindica Rocío Anguita desde el nuevo paso que conecta el barrio de Delicias con el centro de Valladolid, «que permite transitar por la ciudad de forma mucho más cómoda».
El Arco de Ladrillo, infraestructura importante para la ciudad.
Esta nueva gran infraestructura, aún por completarse, es una de las más importantes de la Integración Ferroviaria, el proyecto impulsado por el exconcejal de VTLP Manuel Saravia para dar una respuesta real a las vecinas y vecinos de los barrios del entorno de la vía frente a las décadas de promesas incumplidas con un Soterramiento que nunca llegó.
Una «deuda histórica» con estos barrios, creando nuevos y amplios pasos para peatones y vehículos o mejorando notablemente los ya existentes. Intervenciones que, de Norte a Sur de la ciudad, o bien están realizadas, en obras o bien su proyecto estaba elaborado o en proceso licitación.
«Esta es la otra cara de la moneda», denuncia Jonathan Racionero desde el viaducto del Arco de Ladrillo, ya que «esta es la primera obra que se quiere paralizar porque el actual equipo de Gobierno entiende que es incompatible con el soterramiento que quieren llevar a cabo y volver a incumplir como estas décadas atrás».
Una infraestructura que en los últimos años ha sufrido numerosas reparaciones al estar cada vez más degradada, resultando incluso un riesgo para peatones y vehículos. «El plan de integración llevaría a pasar el tráfico por debajo y dejar esta zona, llena de vida, mucho más accesible para la gente», concluye.
