En el último Pleno municipal celebrado en mayo, el Grupo Municipal Socialista de Burgos presentó una propuesta para dotar a la ciudad de un IV Plan de Comercio de Proximidad. Esta iniciativa, respaldada por el bipartito de derechas formado por el PP y Vox, fue aprobada, lo que permitirá dinamizar la actividad comercial en la capital burgalesa.
Según explicó el concejal socialista Julián Vesga, el nuevo Plan de Comercio contempla la elaboración de un censo de locales vacíos y la implementación de ayudas fiscales para los pequeños empresarios. Estas medidas tienen como objetivo revitalizar el comercio de proximidad, un sector clave para mantener la vitalidad de las ciudades.
Además de esta propuesta, el PSOE presentó otras dos iniciativas que no lograron el respaldo del bipartito. Una de ellas buscaba aumentar la transparencia del Instituto de la Lengua, una entidad patrocinada por el Ayuntamiento. La concejala Blanca Carpintero expresó su incomprensión ante la negativa de PP y Vox, ya que la propuesta solo pretendía conocer en qué se invierten los fondos públicos destinados a esta institución.
La otra propuesta rechazada por el bipartito era la creación de una Comisión Especial para regular la disolución de los consorcios municipales. El socialista Julio César Arnaiz destacó la importancia de este instrumento para abordar cuestiones relevantes como la venta de suelo público.
En cuanto a la ejecución presupuestaria del primer trimestre, el portavoz del PSOE, Daniel de la Rosa, criticó que el bipartito haya suspendido en esta materia, a pesar de presumir de ser «grandes gestores».
«Absoluta dejadez» por parte del bipartito.
El Pleno de mayo se caracterizó por su «dejadez absoluta», según denunció De la Rosa, al estar prácticamente vacío de contenido, a excepción de las tres proposiciones presentadas por el PSOE. Sin embargo, al menos una de ellas, el IV Plan de Comercio de Proximidad, logró el apoyo necesario para su aprobación.