Las piscinas públicas de Burgos han sido objeto de una importante recomendación por parte del Procurador del Común: separar los espacios en los vestuarios para adultos y menores. La falta de una normativa clara en este sentido ha llevado a la intervención de esta figura para insistir en la necesidad de proteger adecuadamente a los niños.
Resulta crucial abordar esta situación, que ha quedado en un limbo regulatorio. El defensor del pueblo insta al Ayuntamiento a encontrar una solución, enfatizando que es vital «garantizar la debida protección» de los menores.
Una de las problemáticas principales es la ambigüedad en torno a la edad límite para que un menor esté acompañado en los vestuarios por un adulto responsable. El Reglamento General de las Instalaciones Deportivas municipales establece esta edad en seis años, lo que significa que a partir de entonces, los niños deben cambiarse en compañía de «adultos ajenos o extraños».
El Procurador del Común subraya la necesidad de una especificación clara y se basa en la normativa general del Consejo Superior de Deportes. Aunque este texto no diferencia a los usuarios por edad, el organismo regional indica que se pueden emplear los mismos argumentos que se usan para separar a personas de distinto sexo.
La propuesta va en la dirección de adaptar el Reglamento municipal para priorizar «el derecho a la intimidad y a la seguridad de los menores usuarios». La solución sería elevar la edad de los niños que pueden acceder a los vestuarios con sus cuidadores hasta los 10 o 12 años.
A su vez, el Procurador insta a «habilitar vestuarios infantiles diferenciados, zonas separadas de cambio o cabinas cerradas» para que los menores de edad superior puedan utilizar los vestuarios solos con total normalidad. Otra alternativa sería establecer «tramos horarios u otros criterios organizativos» para evitar la coexistencia en el mismo espacio de adultos y niños.
El objetivo de estas medidas es garantizar «la privacidad, intimidad y seguridad de los menores», evitando «riesgo de incidentes» y conflictos con los adultos. La necesidad de una «solución satisfactoria para todos» es imperativa, para que todos los usuarios de las piscinas públicas de Burgos puedan disfrutar de las instalaciones de forma segura y cómoda.