Jesús Julio Carnero se encuentra bajo los focos de la ciudadanía vallisoletana. El alcalde de la ciudad, ha anunciado que se abrirá una convocatoria para el puesto de director de Coordinación de Políticas Públicas. Pero la pregunta que ronda en la mente de todos, es si realmente será un proceso de selección objetivo y justo, o finalmente será otra elección “a dedo”.
Carnero ha defendido que el nuevo puesto es necesario para cubrir un «déficit importante» en el Ayuntamiento. Asegura que se trata de un puesto de plantilla, no de un cargo político. Pero aquí es donde entra la duda sobre la transparencia en las intenciones del alcalde y de todo el equipo de gobierno. Además empieza a calar en la gente la idea de que si los representantes electos no son capaces de gestionar la ciudad como lo hacían sus antecesores, quizás cometieron un grave error en entregarles los mandos de la ciudad.
Los currículums serán la llave, según Carnero. Una vez publicada la convocatoria, los aspirantes podrán enviar sus currículums, los cuales posteriormente serán «analizados». Pero, en este tipo de situaciones nadie puede asegurar que la selección sea totalmente imparcial. Cabe la posibilidad de que el candidato ya se encuentre preseleccionado y que todo este proceso sea solo un paripé para legitimar una elección «a dedo».
La Junta de Gobierno municipal ha dado luz verde a la convocatoria, aprobándola por unanimidad. Según Carnero, el seleccionado deberá ser funcionario de carrera, pero no debemos obviar de que realmente ha de haber confianza política. ¿No es eso también un factor que podría influir en la elección?
Otras ciudades como Valencia, Bilbao, Vitoria o Málaga tienen puestos similares, según Carnero. Pero cada ciudad es un mundo, y lo que funciona en una no necesariamente tiene que funcionar en otra.
Aunque el alcalde insiste en que todo se hará de forma objetiva y transparente, las dudas van a desaparecer con facilidad. Y es que no sería nada extraño que el Partido Popular haya montado este “chiringuito» por el simple hecho de querer colocar en el puesto a alguien de confianza.
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