En una operación realizada de madrugada en la comarca burgalesa del Arlanza, agentes de la Guardia Civil sorprendieron a dos individuos que circulaban en un vehículo con diversos indicios de actividades relacionadas con el saqueo de patrimonio arqueológico.
Durante un control de tráfico en la carretera N-234, los guardias civiles observaron que los ocupantes del automóvil presentaban síntomas sospechosos, como sus ropas manchadas de barro. Al realizar un registro más exhaustivo, los agentes hallaron tres detectores de metales y una riñonera con nueve objetos de metal, entre monedas y piezas de notoria antigüedad.
Según los investigadores, la apariencia y el estado de los objetos encontrados sugieren que no se trataba de un hallazgo casual, sino que habían sido extraídos deliberadamente del subsuelo. Ante la falta de las autorizaciones necesarias para llevar a cabo actividades arqueológicas y la tenencia de esos bienes culturales, los agentes procedieron a levantar actas de denuncia por presuntas infracciones a la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León.
Los hechos han sido puestos en conocimiento del Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Castilla y León en Burgos, que determinará si se trata de una simple infracción administrativa o si los hechos podrían constituir un delito contra el Patrimonio Histórico, cuyas penas podrían alcanzar los 24 meses de multa y 3 años de prisión.
Los objetos incautados en Arlanza han sido recuperados y depositados en el Museo de Burgos para su custodia, estudio y catalogación, con el fin de determinar su procedencia y relevancia histórica. Estas acciones ponen de manifiesto la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural y la necesidad de una estrecha colaboración entre las fuerzas de seguridad y las instituciones encargadas de su protección.