Una investigación llevada a cabo por el grupo de Polímeros de la Universidad de Burgos (UBU) ha sacado a la luz una preocupante realidad: al menos 53.341 personas en la provincia de Burgos podrían estar consumiendo agua no apta debido a la elevada presencia de nitratos.
El estudio, basado en el análisis de más de 300 muestras recogidas entre enero y abril de 2024, revela que el agua de grifo de 39 municipios burgaleses supera los límites legales de concentración de estos compuestos tóxicos.
Los resultados muestran que el 27% de los 146 municipios analizados presentan niveles de nitratos por encima de los 50 miligramos por litro, el máximo permitido por la ley. Además, el 41% de las 83 fuentes públicas examinadas también exceden este umbral, exponiendo a la población a un grave riesgo para su salud.
Según el doctor Saúl Vallejos, director del grupo de Polímeros, en muchas localidades los residentes desconocían que el agua no era apta para el consumo, mientras que otros acudían a fuentes naturales creyendo que eran de mejor calidad, sin percatarse de que la concentración de nitratos era aún mayor.
La contaminación por nitratos, difícil de detectar por su ausencia de color, olor y sabor, puede provocar efectos tóxicos a corto plazo en lactantes y mujeres embarazadas, como la metahemoglobinemia, y a largo plazo se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal y de próstata. Los investigadores han informado a los ayuntamientos afectados y recomiendan evitar el consumo de las aguas contaminadas, así como realizar contraanálisis y tomar medidas para paliar esta amenaza para la salud pública.