La política burgalesa se encuentra en un punto de inflexión tras las recientes desavenencias entre PP y VOX en torno a la violencia de género. Tras cinco meses de la formación del bipartito en el Ayuntamiento de Burgos, las primeras grietas han comenzado a aparecer, con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer como telón de fondo.
El Grupo Municipal del Partido Popular, sorprendentemente, ha optado por colaborar con el PSOE para presentar una proposición conjunta, dejando a VOX en un aislamiento evidente. Esta decisión ha generado un malestar palpable dentro de VOX, especialmente en su vicealcalde y portavoz, Fernando Martínez-Acitores, quien ha expresado su descontento ante lo que considera un desaire.
VOX, como siempre, en su línea.
La controversia se intensificó durante la Junta de Portavoces, donde los socialistas anunciaron su intención de presentar tres proposiciones, incluyendo una para condenar las protestas frente a sus sedes y las declaraciones del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo. En respuesta, VOX ha decidido presentar su propia propuesta en solitario, marcando una clara línea divisoria en el gobierno local.
La portavoz del Grupo Municipal Popular, Andrea Ballesteros, junto con la concejala del Grupo Socialista, Estrella Paredes, han enfatizado la importancia de trabajar unidos para erradicar la violencia de género. Ballesteros ha recordado el intento de su grupo de incluir a las tres formaciones políticas en esta proposición, mientras que VOX acusa al PSOE de excluirlos deliberadamente.
El documento presentado por PP y PSOE, que se centrará en la prevención, concienciación y sensibilización en materia de violencia de género, será apoyado por la mayoría de los corporativos en el próximo Pleno Municipal.
Estas desavenencias entre PP y VOX en el Ayuntamiento de Burgos es un claro ejemplo de cómo las alianzas de la derecha y la ultraderecha son tan frágiles y peligrosas como sus propios egos.
