Tras una intensa jornada electoral, España ha demostrado su firme rechazo a las políticas reaccionarias de la ultraderecha. Los comicios del 23 de julio concluyeron con un resultado electoral que, aunque otorga la victoria al Partido Popular de Feijoó con 136 escaños, ofrece un panorama interesante para las fuerzas progresistas del país.
El PSOE de Pedro Sánchez, aunque se ha situado por debajo del PP con 122 escaños, junto a SUMAR de Yolanda Díaz, que ha logrado 31 escaños, tienen la oportunidad de reeditar un gobierno de coalición que siga apostando por políticas sociales y de progreso. A pesar de no obtener la victoria, estos resultados proporcionan una oportunidad para que España continúe trabajando sobre la línea que ha dibujado durante esta última legislatura. Los ojos están puestos ahora en los partidos independentistas, tanto catalanes como vascos, cuyos apoyos podrían ser determinantes en este nuevo escenario.
Los resultados en Castilla y León.
En Castilla y León, el panorama ha reflejado un aumento de la presencia del PP, que ha sumado 5 nuevos diputados, alcanzando un total de 18. El PSOE, por su parte, ha conseguido mantener sus 12 diputados. Vox, representante de la ultraderecha, ha sufrido un descenso significativo a pesar de estar cogobernando la comunidad, perdiendo 5 escaños y quedándose con solo 1. La coalición SUMAR, finalmente, no ha logrado obtener representación en la comunidad. El porcentaje de votos de Sumar en la comunidad, que oscila entre el 3% y el 8% en cada provincia, deja un panorama que obliga a reflexionar sobre el futuro del espacio en Castilla y León.Sólo Ponferrada se ha quedado cerca del 10% en las principales ciudades de la comunidad.
Queda claro que España rechaza la visión retrógrada de las políticas de la ultraderecha, a pesar de los esfuerzos de Vox, que ha obtenido 33 escaños a nivel nacional. Los partidos independentistas, ERC y JxCAT-JUNTS, han logrado 7 escaños cada uno, mientras que EH BILDU ha obtenido 6 y PNV 5. El resto de los escaños se reparte entre BNG, UPN y Coalición Canaria, con 1 cada uno. En este contexto, podemos decir que la llave del próximo gobierno de la nación queda en manos de los partidos con menos representación.
¿Qué podemos esperar?
Este escenario resulta prometedor para un bloque de izquierdas que, a pesar de los obstáculos, podría mantenerse en el gobierno. Es un recordatorio de que las matemáticas electorales a veces pueden ser sorprendentes y que las alianzas post-electorales son a menudo tan importantes como los votos obtenidos en las urnas.
La nueva configuración de poder podría resultar en un impulso renovado para las políticas progresistas en España, confirmando una vez más que la nación sigue con la mirada puesta en el futuro y diciendo no a la ultraderecha. Solo queda esperar a las próximas semanas para ver cómo se desarrollan las negociaciones y qué tipo de gobierno surgirá de este interesante escenario político.