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Europa a un paso de ser cómplice de un nuevo genocidio

Europa a un paso de ser cómplice de un nuevo genocidio

Mientras el sionismo y el Estado de Israel continúan su asedio de más de medio siglo al pueblo palestino, Europa, con su silencio y apoyo, parece estar a un paso de ser cómplice de un genocidio. Las acciones de Israel, que han llevado a la muerte de miles de personas y al sufrimiento durante décadas del pueblo palestino, encuentran un respaldo inquebrantable en líderes europeos y en la Comisión Europea.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se ha convertido en el epicentro de esta postura. Sus declaraciones, que muestran un apoyo cerrado a Israel, son interpretadas por muchos como una justificación de acciones que, sin lugar a dudas, suponen crímenes de guerra. En lugar de condenar la violencia y abogar por una solución pacífica, von der Leyen ha optado por un respaldo incondicional a Israel.

Una historia manchada por la sangre.

El continente europeo, que ha sido testigo de las atrocidades de las guerras y conflictos pasados, parece estar dispuesto a cerrar los ojos ante un posible genocidio en marcha. A pesar de las claras violaciones al derecho internacional por parte de Israel, la Unión Europea ha mostrado un apoyo inquebrantable hacia el Estado liderado por el gobierno de ultraderecha encabezado por Netanyahu.

El ataque terrorista de Hamás ha sido respondido por Israel con una fuerza que ha sido calificada como castigo colectivo, llevando a cabo acciones en la Franja de Gaza que muchos expertos y organismos internacionales empiezan a avisar y a nombrar la palabra genocidio. A pesar de esto, la reacción europea está siendo de apoyo inmediato a Israel, incluso cuando las acciones de este último son claramente desmedidas.

Cuando Benjamin Netanyahu proclamó una guerra total, enfrentando a un Estado con uno de los ejércitos más avanzados del mundo contra un territorio empobrecido como Gaza, donde cerca de 2 millones de personas viven en condiciones extremas, la gravedad de la situación se hizo evidente.

A esto se suman las declaraciones del ministro de defensa de Israel, quien definió a los palestinos como «animales humanos» y anunció cortes en los suministros básicos a la franja. Estas acciones y declaraciones suponen una clara violación del derecho internacional y de los derechos humanos más básicos. Frente a este escenario, la reacción adecuada de una Unión Europea que realmente valorara sus principios fundacionales habría sido retirar su apoyo a Israel y tomar medidas para prevenir la tragedia que está por venir.

La historia ha demostrado las consecuencias devastadoras del silencio y la inacción ante genocidios.

Europa, con su posición actual, corre el riesgo de repetir los errores del pasado.

La postura de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha dejado perplejos a muchos observadores. Su apoyo inquebrantable hacia Israel, en medio de acusaciones de genocidio, ha llevado a especulaciones sobre sus verdaderas intenciones. ¿Podría estar buscando un futuro puesto en la OTAN, el BCE, el FMI o incluso en una empresa armamentística tras concluir su mandato? Si es así, el precio de tal ambición podría ser su legado histórico.

Genocidio
Ursula von der Leyen, Tony Blair, José María Aznar y George Bush.

La sombra de líderes como George Bush, Tony Blair, Durao Barroso y José María Aznar se cierne sobre von der Leyen. Estos líderes, recordados por su papel en la Guerra de Irak, sirven como un recordatorio de cómo la historia puede ser implacable con aquellos que justifican o apoyan crímenes de guerra.

El seguidismo ciego a las políticas exteriores, especialmente las dictadas por Estados Unidos, puede ofrecer recompensas inmediatas en el ámbito político. Sin embargo, el juicio de la historia es ineludible y, a menudo, severo. Las decisiones hoy resonarán como resonaron las que fueron cómplices o tibias con el genocidio del gobierno Nazi de Hitler, y aquellos que elijan el camino equivocado quedarán en el recuerdo por su complicidad, no por sus logros.

La tragedia que se desarrolla en Palestina es un testamento de la inhumanidad del hombre hacia el hombre. Y mientras Palestina sangra, líderes Europeos como Ursula von der Leyen deben decidir qué lado de la historia quieren ocupar. Por ahora, su elección parece clara.

La situación en Palestina es alarmante. Millones de palestinos viven en condiciones deplorables, y mientras tanto, líderes europeos y la Comisión Europea parecen priorizar las relaciones diplomáticas con Israel por encima de los derechos humanos. Es hora de que Europa actúe en consonancia con sus valores y principios, y no se convierta en cómplice de un nuevo genocidio.

España en la buena (aunque insuficiente) dirección.

Israel ha lanzado acusaciones directas hacia «ciertos elementos del Gobierno español», alegando que se alinean con el «terrorismo tipo ISIS». Estas declaraciones han surgido como respuesta a las condenas del Gobierno español a los bombardeos en Gaza, llevados a cabo por el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Estos bombardeos han resultado en la muerte de más de 2.300 personas, una cifra alarmante que ha despertado la indignación internacional.

Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, ha sido una de las voces más destacadas en la defensa de los derechos del pueblo palestino. Belarra ha solicitado llevar a Netanyahu ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, una postura valiente que busca hacer justicia y poner fin a la impunidad.

El Ministerio de Exteriores español ha respondido a las acusaciones de Israel defendiendo el derecho de sus miembros a expresar libremente sus posiciones: “El Gobierno de España rechaza tajantemente las falsedades vertidas en el comunicado de la Embajada de Israel sobre algunos de sus miembros y no acepta insinuaciones infundadas sobre ellos”. El texto del Ministerio de José Manuel Albares asegura que: “Cualquier responsable político puede expresar libremente posiciones como representante de un partido en una democracia plena como es España. En todo caso, la posición del Gobierno de España en su conjunto con respecto a los ataques terroristas perpetrados por Hamás es clara: condena tajante, exigencia de liberación inmediata e incondicional de rehenes y reconocimiento del derecho de Israel a defenderse dentro de los límites marcados por el Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario”.

Belarra, además, ha respondido al comunicado de Israel: “Su Gobierno está llevando a cabo crímenes de guerra en la Franja de Gaza, bombardeos masivos, cortes de agua y luz, no dejan entrar ayuda humanitaria. Denunciar ese genocidio no es ‘alinearse con Hamás’, es una obligación democrática. El silencio, complicidad con el terror”.

En este sentido, la ministra también emplazó a la UE a “dejar de ser cómplice de un criminal de guerra como Netanyahu, actuar con autonomía y cambiar sus discursos y sus acciones. Para ello, es urgente reconocer públicamente que lo que estamos viendo en Gaza son crímenes de guerra y que las vidas de las palestinas y los palestinos importan. Israel tiene que sentir la presión internacional para que ponga fin a los bombardeos mediante todas las medidas que estén a nuestro alcance, como el embargo de armas o las sanciones a los responsables de los ataques”.

Además, los portavoces de Sumar, Ernest Urtasun y Marta Lois, han presentado tres iniciativas: una Declaración institucional, una Proposición no de ley y un Documento político. “Inciden en la condena inequívoca a los ataques a civiles, en el cese inmediato de bombardeos, en la apertura de corredores humanitarios, en exigir a la UE que forme parte de la solución del conflicto y que Israel cumpla los acuerdos del sistema internacional”, ha dicho Marta Lois.

 

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