La planta de Bridgestone en Burgos se prepara para iniciar una huelga indefinida a partir del 5 de marzo, según han anunciado los sindicatos UGT, CCOO y SITB. Esta decisión se toma ante lo que describen como una «nula voluntad» por parte de la dirección de la empresa para alcanzar un acuerdo satisfactorio en varios temas críticos, incluyendo el incumplimiento del convenio colectivo, el deterioro de las relaciones laborales y la imposición de un calendario de producción para 2024 que los trabajadores consideran excesivo.
La medida de fuerza se decide tras el fracaso de las negociaciones, incluso después de la intervención del Serla, donde no se logró progreso alguno en las demandas de los trabajadores. Los sindicatos subrayan que el calendario laboral impuesto por la empresa afectará negativamente la calidad de vida de los empleados durante el verano, una preocupación que la dirección ha decidido ignorar.
Los representantes sindicales también han criticado la gestión laboral de la empresa, señalando la sustitución de empleados fijos por personal de contratas en áreas esenciales como el mantenimiento, una práctica que la empresa admite pero que los sindicatos califican de ilegal. Además, mencionan el incremento de la subcontratación de tareas durante periodos de flexibilidad negativa y ERTE, lo que consideran un indicativo de una dirección que prioriza la reducción de costes sobre el bienestar y la seguridad de su plantilla.
La convocatoria de huelga indefinida marca un momento crítico en la lucha por condiciones laborales justas en la planta de Bridgestone en Burgos, evidenciando un profundo descontento con la actual dirección y sus políticas laborales. La situación pone de relieve la creciente tensión entre la empresa y sus trabajadores, quienes buscan mediante esta acción extrema una revisión de las decisiones que afectan directamente su vida laboral y personal.
