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La «solución final» al estilo nazi que propone el gobierno de Israel: Pena de muerte para los presos palestinos

La "solución final" al estilo nazi que propone el gobierno de Israel: Pena de muerte para los presos palestinos

El ministro de Seguridad israelí, Itamar Ben Gvir, ha desatado una ola de indignación por parte de los defensores de los derechos humanos al instar a imponer la pena de muerte a los detenidos palestinos como supuesta «solución» al hacinamiento carcelario. Sus declaraciones han evocado escalofriantes reminiscencias de las políticas genocidas del régimen nazi durante el Holocausto.

En un inquietante eco de la «solución final» teorizada y empleada por los nazis, el ultranacionalista Ben Gvir abogó por esta “medida” al calificarla como «la solución correcta». El ministro justificó la construcción de 1.600 nuevas celdas aduciendo que alojarían a «más terroristas».

Sin embargo, la «solución final» propuesta por Ben Gvir resultó ser ni más ni menos que ejecutar a los reclusos palestinos. Este llamado a la violencia masiva ha generado una fuerte condena por parte de la comunidad internacional.

Masivas redadas y detenciones arbitrarias.

El funcionario fundamentó su propuesta señalando que las cárceles israelíes experimentan problemas de hacinamiento debido a las masivas redadas y detenciones arbitrarias realizadas contra palestinos desde los ataques de Hamás en octubre. Lejos de buscar soluciones humanitarias, el extremista optó por emular los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen nazi.

La polémica se intensifica al considerar que la mayoría de los llamados «presos de seguridad» son palestinos detenidos sin cargos ni juicio bajo la infame política de detención administrativa. Esta práctica, denunciada reiteradamente por organismos de derechos humanos, permite encarcelar indefinidamente a civiles palestinos basándose en «información secreta» sin un debido proceso.

La propuesta de Ben Gvir de aplicar la pena de muerte a los presos palestinos representa un claro llamado al genocidio, violando flagrantemente los principios más básicos del derecho internacional. Sus declaraciones han despertado la indignación de la comunidad global, que ha condenado enérgicamente esta retórica incendiaria.

Ben Gvir: una vida dedicada al odio.

Las controvertidas declaraciones del ministro israelí no son un hecho aislado. Ben Gvir tiene un largo historial de comentarios racistas y belicistas, que incluyen abogar por disparar a mujeres y niños palestinos y desestimar las decisiones de la Corte Internacional de Justicia como «papel higiénico».

Lamentablemente, otros cargos públicos israelíes han hecho eco de esta peligrosa retórica. El vicepresidente del Parlamento, Nissim Vaturi, ha instado a «quemar Gaza», mientras que el ministro Amihai Eliyahu incluso sugirió el uso de armas nucleares contra los palestinos.

A medida que las tensiones en Medio Oriente siguen escalando, esta retórica genocida podría tener consecuencias catastróficas para millones de civiles palestinos. La comunidad internacional debe tomar medidas concretas para frenar esta espiral de odio y violencia.

Israel fuerza el conflicto con Irán.

Las declaraciones de Ben Gvir se producen en medio de una estrategia israelí por desviar la atención internacional del  genocidio en Gaza mediante su ofensiva contra Irán. Según comentan los expertos, esto revela que sería lo qu le permitiría a Netanyahu presentar a Israel como «víctima obligada a responder», anclando aún más el apoyo de Estados Unidos en su campaña contra la supuesta amenaza iraní.

De hecho, el primer ministro israelí ordenó el ataque del 1 de abril contra la sede consular iraní en Damasco, sabiendo que provocaría una respuesta de Teherán. Los recientes ataques con drones y misiles desde territorio iraní brindan a Netanyahu la excusa perfecta para lanzar una ofensiva más ambiciosa contra su principal «amenaza de seguridad».

Aunque Israel podría optar por ataques puntuales, no se descarta que Netanyahu aproveche la ocasión para una campaña militar prolongada con el objetivo de degradar seriamente las capacidades iraníes. Esto requeriría el permiso y apoyo directo de Estados Unidos para alcanzar blancos a más de 1.000 km de distancia en suelo iraní.

Y mientras, sigue el genocidio.

Mientras todo esto pasa, Israel sigue cometiendo un genocidio terrible sobre la población de Gaza. La comunidad internacional no se atreve a imponer a Israel las mismas o similares medidas que se adoptaron contra Rusia e incluso hay voces (como Aznar) que se niegan a reconocer el Estado Palestino.

La propuesta de aplicar la «solución final» al estilo nazi contra los presos palestinos es una afrenta a la humanidad y un peligroso precedente. La historia nos ha enseñado las terribles consecuencias de permitir que el odio y la intolerancia se apoderen de las políticas estatales.

Es momento de que la comunidad internacional se posicione de una vez por todas del lado de los derechos humanos y condene enérgicamente al Estado de Israel con medidas y sanciones concretas.

 

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