Si aún nos quedaba algo por ver en esta Comunidad, era a Alfonso Fernández Mañueco, ex alcalde de Salamanca y actual presidente de la Junta de Castilla y León con el apoyo de la extrema derecha de VOX, mandando una carta al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, para mostrar su indignación ante «los insultos y desprecios» realizados por el actual ministro de Transportes, Óscar Puente.
Políticos y medios de comunicación de derecha y extrema derecha han salido a atacar las palabras de Óscar Puente. Unas palabras que básicamente reflejan una realidad palpable para millones de personas de nuestra comunidad: la despoblación.
El ministro dijo en su comparecencia que las políticas del PP, que lleva casi 40 años en el gobierno de la Junta y ahora apoyados por la extrema derecha, estaban condenando a Castilla y León a un “desierto demográfico” y a un “geriátrico a cielo abierto”.
Lo cierto es que Puente está reflejando una realidad que lleva muchos años enfrentando todas las provincias de la comunidad (de forma dramática en provincias como Zamora o Soria). En 2012 Castilla y León contaba con 2.546.078 habitantes mientras en 2022 la cifra se situaba en 2.372.640, es decir, casi 200.000 habitantes menos en la comunidad en tan solo 10 años. Para ser más gráficos, en 10 años, se ha perdido más población que toda la provincia de Ávila o Palencia. Sería como si en 10 años toda una provincia desapareciera de Castilla y León.
Vox se suma a la carta de Mañueco.
En la carta que le envía Mañueco a Pedro Sánchez esas declaraciones son «intolerables y decepcionantes» ya que además, provienen de una persona de Castilla y León «que demuestra no estar a la altura de su cargo».
El Vicepresidente García-Gallardo también se ha sumado y ha pedido “responsabilidad en las declaraciones del ministro” añadiendo que “porque o bien miente a sabiendas o su ignorancia es enorme así que le pedimos que no denigre lo que hace Castilla y León”.
No deja de ser curioso que un vicepresidente como Juan García-Gallardo, sin competencias conocidas (más allá de pasearse por otros territorios que no son Castilla y León), pida “responsabilidad” a otro político.
Más allá de los orígenes de García-Gallardo y sus vínculos, hay que recordar sus palabras: “yo es que no sé mucho de embarazos” tras ser cuestionado sobre la propuesta de obligar a las mujeres a oír los latidos del feto antes de abortar. Además, recientemente hemos podido ver cómo Castilla y León era noticia a nivel nacional por haber pagado más de 17.000€ por un logo sacado de un banco de imágenes o por un logo realizado con paint.
Unos datos que avalan las palabras de Óscar Puente.
Sin duda, tras casi 40 años de gobierno del Partido Popular, los datos y los resultados de su política son demoledores. Castilla y León vive en la actualidad una pérdida de población y de oportunidades alarmante, que en muchos casos se sostiene gracias a que aún perviven ciertas industrias en zonas concretas de la comunidad.
La gestión del Partido Popular y Vox en Castilla y León se ha convertido en un ejemplo de lo que parece un ridículo constante, con un gobierno oscilando entre la ausencia total de plan para revitalizar la economía y las ansias de Vox de regresar a tiempos medievales.
Este enfoque, como se demuestra con la carta de Mañueco a Pedro Sánchez, ha pretendido desviar la atención de los problemas reales de la comunidad, sumergiéndola en una «guerra cultural» inútil promovida por la extrema derecha y a la que se ha sumado el Partido Popular de Mañueco.