La Policía Nacional ha asestado un duro golpe al tráfico de drogas en la ciudad de Burgos. Tras una compleja investigación de 9 meses, bautizada como «Operación Romeo», los agentes han logrado detener a dos personas e incautar un total de 33 kilos de diferentes sustancias estupefacientes.
En el marco de esta operación, se han desmantelado varios puntos de venta repartidos por la capital burgalesa. Uno de los detenidos, considerado el principal proveedor de estos puntos a mediana escala, ha ingresado en prisión.
Los registros domiciliarios realizados el pasado viernes han permitido a los agentes incautar una gran variedad de drogas: 20 kilos de hachís, 12 kilos de marihuana, 700 gramos de MDMA ‘cristal’ y 90 gramos de cocaína. Además, se han intervenido instrumentos para la preparación y pesaje de las sustancias, así como 76 billetes falsos de 20 euros y dos defensas eléctricas tipo ‘taser’.
La investigación ha estado plagada de dificultades debido a las fuertes medidas de seguridad empleadas por los sospechosos, como el uso de numerosos vehículos y la ocultación de la droga en diferentes ubicaciones. A pesar de ello, los agentes del grupo de estupefacientes de la Comisaría Provincial han logrado reunir los indicios suficientes para proceder a las detenciones.
Según las estimaciones policiales, las drogas incautadas en la “Operación Romeo” habrían supuesto unas 16.000 dosis de hachís, 4.000 de marihuana, 3.000 de MDMA y 300 de cocaína, con un valor total en el mercado ilegal de unos 194.000 euros. Esta operación supone así un importante éxito en la lucha contra el tráfico de drogas en Burgos.