El emblemático túnel de Labradores de Valladolid cerrará sus puertas al tráfico rodado a partir de este martes para someterse a una profunda reforma integral. Durante un periodo estimado de entre seis y ocho meses, este vital enlace subterráneo que conecta el centro de la ciudad con el barrio de Delicias permanecerá clausurado.
La Policía Municipal prevé que el cierre efectivo se producirá en torno a las diez de la mañana para minimizar las molestias en los desplazamientos matinales por motivos laborales. El túnel de Labradores, que cuenta con más de siete décadas de antigüedad, será objeto de una ampliación y un completo acondicionamiento interior. Las actuaciones contemplan rebajar el nivel inferior para aumentar el gálibo, permitiendo así el paso de autobuses y camiones de medio tonelaje sin dificultades.
Como alternativas de circulación, el Ayuntamiento recomienda a los conductores optar por el paso subterráneo de San Isidro, que desemboca en la plaza Circular, o bien por el paseo de Arco de Ladrillo a través de Farnesio. Estas rutas absorberán de forma conjunta el notable flujo de vehículos que habitualmente soportaba el túnel de Labradores en dirección al centro. La Policía Local estará especialmente atenta durante los primeros días para evitar congestiones en estas vías alternativas.
Los trabajos, presupuestados en 2,7 millones de euros, se enmarcan dentro del plan de integración ferroviaria de Valladolid. Además de ganar anchura y altura, el túnel lucirá completamente renovado en revestimientos e iluminación. Por su parte, el pasaje peatonal se mantendrá abierto durante las obras y será remozado en el futuro.
