Un primero de mayo en Castilla y León que reivindica el tiempo y los derechos laborales frente a un gobierno autonómico formado por el PP y Vox. Los sindicatos UGT y CCOO han convocado movilizaciones en catorce localidades de la comunidad este Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras bajo el lema «Por el pleno empleo: reducir jornada, mejorar salarios». Pero este año, la celebración está marcada por un contexto político tenso en la región.
Los sindicatos denuncian que los procesos de Diálogo Social en Castilla y León están «en una situación límite» ante el incumplimiento de la legislación por parte del ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco. Tras 15 meses de gobierno de coalición PP-Vox, la situación laboral y social que según la oposición, no solo se ha estancado sino que ha empeorado notablemente. Estos se suman a la crítica por la «ineficacia» y «corrupción» del gobierno autonómico.
Reivindicaciones históricas y actuales.
Además de exigir subidas salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años, la principal demanda de los sindicatos este 1 de Mayo es reducir la jornada laboral máxima de 40 a 37,5 horas semanales. Una reivindicación histórica del movimiento obrero que se remonta al siglo XIX, cuando en 1886 los trabajadores de Chicago iniciaron una huelga general para limitar la jornada a 8 horas diarias.
Aquellas protestas, brutalmente reprimidas, dieron origen a la celebración del Día Internacional de los Trabajadores cada primero de mayo.
144 años después, esa lucha por la reducción del tiempo de trabajo continúa. España no ha vivido una disminución de la jornada laboral desde 19821. Ahora, en un contexto de digitalización, robotización y aumento de la productividad, los sindicatos consideran que es el momento de dar ese paso adelante en derechos laborales. Junto a la semana de 37,5 horas, reclaman también medidas para combatir la precariedad, la brecha salarial de género y mejorar la seguridad en el trabajo.
La nefasta acción de gobierno del ejecutivo ultra de Castilla y León.
Pero este Primero de Mayo llega en un momento de máxima tensión entre los sindicatos y el gobierno de coalición de PP y Vox en Castilla y León. Una alianza que ha generado polémica desde su formación hace 15 meses, la primera de la extrema derecha en un ejecutivo autonómico.
La acción de gobierno del ejecutivo ultra ha sido nefasta para los derechos laborales y sociales en la comunidad. Iniciativas como el fallido protocolo antiaborto20, los ataques a la violencia de género y la memoria histórica, o los recortes al diálogo social han provocado el rechazo frontal de los sindicatos.
El gobierno de PP y Vox ha suprimido subvenciones nominativas a los agentes sociales, ha intentado eliminar el Servicio Regional de Relaciones Laborales (SERLA) encargado de la mediación en conflictos, ha incumplido numerosos acuerdos del diálogo social y ha deteriorado la participación institucional en órganos autonómicos.
Los sindicatos han denunciado una «declaración de guerra» contra ellos, un ataque a la democracia y la Constitución. Han interpuesto demandas judiciales y han llevado el caso ante organismos internacionales como la OIT y el Parlamento Europeo.
Acusan al gobierno, especialmente al vicepresidente de Vox Juan García-Gallardo y al consejero de Empleo Mariano Veganzones, de querer «arrasar con todos los logros sociales y democráticos».
Movilizaciones en defensa de la democracia.
Ante esta situación, UGT y CCOO han incorporado a sus reivindicaciones de este 1 de Mayo un llamamiento «en defensa de la democracia y de la libertad». Rechazan «el clima de crispación y de confrontación permanente» instalado en el país y piden que no se tolere la «normalización del discurso del odio».
Las manifestaciones, convocadas en ciudades como Valladolid, León, Salamanca o Burgos, buscan visibilizar las demandas de la clase trabajadora y alertar sobre la deriva autoritaria del gobierno regional. Un primero de mayo que reivindica el tiempo y la dignidad frente a políticas que consideran regresivas.
Mejores salarios, reducción de jornada y defensa de la democracia marcan la agenda sindical en una jornada histórica de lucha obrera. Los trabajadores de Castilla y León salen a la calle para reclamar sus derechos laborales en un Día Internacional de los Trabajadores que, 144 años después de su origen, mantiene plena vigencia y necesidad. Frente a un gobierno ultra de PP y Vox que ha emprendido una ofensiva sin precedentes contra el diálogo social y los derechos de los trabajadores, este Primero de Mayo se alza como un grito por la dignidad obrera y la democracia.