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«La Granja del Terror» en Burgos: ratas, gusanos y cerdos caníbales

"La Granja del Terror" en Burgos

«La Granja del Terror» en Burgos ha sido expuesta, revelando una realidad que supera las peores pesadillas. Esta granja, que ostentaba certificaciones de bienestar animal, ha sido el escenario de un descubrimiento escalofriante: cerdos viviendo en condiciones inhumanas, rodeados de ratas y gusanos, e incluso recurriendo al canibalismo.

El Observatorio de Bienestar Animal (OBA) ha sacado a la luz este caso que muestra la cruda realidad de esta granja en Quintanilla del Coco, Burgos. Con una población de aproximadamente 5.000 cerdos, las condiciones de vida de estos animales son espantosas. Cerdas reproductoras extremadamente delgadas, con sus columnas vertebrales visibles, y sufriendo de prolapsos de útero y tumores en las mamas, son solo algunos de los horrores descubiertos. Además, la presencia constante de ratas y la falta de higiene son alarmantes.

El horror de la negligencia y el maltrato animal.

La negligencia en esta granja llega a niveles inimaginables. Los lechones, en un estado de agonía, son pisoteados por sus hermanos y orinados por sus propias madres. Los cadáveres de animales en descomposición y desmembrados son una vista común. Incluso se ha reportado canibalismo entre los cerdos, una escena que desafía toda comprensión.

El alcalde y la falsa certificación.

Lo más impactante es que el dueño de esta granja es nada menos que el alcalde del pueblo, lo que añade una capa de escándalo a la situación. Además, la granja contaba con certificaciones de bienestar animal, lo que plantea serias preguntas sobre la eficacia y autenticidad de estos sellos.

Tras la denuncia del OBA, las autoridades han iniciado una investigación. Sin embargo, la respuesta inicial de la consejería de Agricultura de Castilla y León fue que todo estaba en regla, una afirmación que contrasta fuertemente con las evidencias presentadas.

El impacto en los consumidores.

Esta situación en “La Granja del Terror” no solo afecta a los animales, sino también a los consumidores. La carne de esta granja se distribuía en supermercados, bajo la premisa de un alto nivel de bienestar animal. Esto plantea un grave problema de confianza y ética en la cadena de suministro de alimentos.

 

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