Juan García-Gallardo, el ya más que conocido vicepresidente sin funciones de la Junta de Castilla y León, ha manifestado su apoyo a las declaraciones de Santiago Abascal contra la Universidad de Salamanca, calificando su discurso como «memorable». Las palabras de García-Gallardo reafirman un ataque contra una de las instituciones más importantes e históricas de la comunidad.
Las palabras de desprecio de Abascal hacia la Universidad de Salamanca, ahora ensalzadas por García-Gallardo, han generado una fuerte respuesta por parte del entorno universitario y una defensa de la importancia de instituciones educativas en la promoción de un pensamiento diverso y crítico.
La aprobación de García-Gallardo a estas palabras, destacando la «gran actividad internacional» de Abascal que muchos «envidian», pueden interpretarse como un ataque claro y directo de la extrema derecha internacional a todo aquello que represente un «peligro» en su corta y estrecha esfera (o «fachoesfera»).
Este respaldo a las declaraciones de Abascal por parte de García-Gallardo suman una nueva falta de respeto a la comunidad del que es su actual vicepresidente. Al calificar el ataque a la Universidad de Salamanca como «memorable», García-Gallardo no solo subraya un ataque feroz a esta institución que debería defender, sino que también cuestiona el valor de la libertad académica y el debate abierto, pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática.
La defensa de García-Gallardo hacia Abascal, debe ser vista como un nuevo desafío por parte de VOX y sus referentes a los principios de pluralidad y debate crítico que caracterizan a la educación superior.
García-Gallardo, los orígenes que explican su radicalidad.
En sus redes sociales, ha defendido el franquismo con vehemencia, llegando a cuestionar por qué el franquismo era peor que la democracia. Su argumento se basa en que las democracias liberales europeas no apoyaron al gobierno del Frente Popular durante el franquismo. Además, ha mostrado una obsesión con la izquierda republicana, afirmando que la derecha tuvo un comportamiento más democrático que la izquierda durante la Segunda República, a pesar de que fue la derecha la que dio el golpe de estado al gobierno elegido democráticamente.
Las conexiones familiares de García-Gallardo con el régimen de Franco son más que evidentes y son objeto de debate en múltiples ocasiones. Su abuelo materno, Juan Frings Mayer, no fue un ciudadano español cualquiera. Originario de Alemania, Mayer recibió la nacionalidad española directamente de manos de Francisco Franco en 1963.
Este vínculo familiar con el dictador no sólo pone de manifiesto la cercanía de la familia García-Gallardo con uno de los periodos más oscuros de la historia española y europea, sino que también arroja luz sobre las influencias que podrían haber moldeado las opiniones y posturas políticas de Juan García-Gallardo.