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Los sindicatos CCOO y UGT y la oposición piden a Mañueco «cesar a la extrema derecha» del gobierno de CyL

Los sindicatos CCOO y UGT y la oposición piden a Mañueco: "cesar a la extrema derecha" del gobierno de Castilla y León

En la concentración de ayer a las puertas de las Cortes de  Castilla y León, centenares de afiliados de CCOO y UGT han instado al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a «cesar a la extrema derecha» del gobierno autonómico. Los líderes sindicales Vicente Andrés y Faustino Temprano han expresado su descontento, acusando a Vox de actuar fuera de la legalidad  y representar un retroceso para el conjunto de Castilla y León.

Durante la concentración, que tuvo lugar en las Cortes coincidiendo con el pleno, Temprano enfatizó la importancia de excluir a Vox, recordando las protestas del año anterior contra los presupuestos. Resaltó la viabilidad del Partido Popular de gobernar en minoría, señalando el impacto negativo de Vox en el Diálogo Social.

Por su parte, Vicente Andrés de CCOO enfocó su crítica en la conducta de la extrema derecha, acusándola de incumplir las leyes, haciendo referencia a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia sobre el calendario de festivos. Abogó por la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones, citando la acción similar del presidente Mañueco hace un año. Remarcó la necesidad de un nuevo gobierno que excluya a la extrema derecha, la cual considera perjudicial para la comunidad.

El secretario general del PSCyL, Luis Tudanca, y el procurador de Podemos, Pablo Fernández, también se sumaron a la concentración. Tudanca desafió a Mañueco a escoger entre el «lado de los trabajadores» y el de la extrema derecha, representada por figuras como García-Gallardo, Dueñas, Veganzones o Santiago Abascal.

Pablo Fernández, en su intervención, lamentó la colaboración del PP con la ultraderecha, exigiendo respeto hacia la democracia y los colectivos frecuentemente atacados por el gobierno de Mañueco y Vox, incluyendo mujeres, el colectivo LGTBI, personas con discapacidad y migrantes.

VOX en el gobierno: Entre el fanatismo, la vergüenza y la incompetencia.

La situación en Castilla y León refleja un escenario político tenso, donde la presencia de Vox en el gobierno ha generado un fuerte rechazo por parte de gran parte de la sociedad y por supuesto  de sindicatos y partidos de oposición.

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León que hasta hace unas semanas “adornaba” sus redes sociales con un símbolo inspirado en el “Wolfsangel” nazi ha estado bien presente en las concentraciones de ultraderecha de los últimos meses en Madrid.

La política de García-Gallardo, que parece sacada de una barra de bar franquista de los años 60, contrasta con la seriedad y responsabilidad que requiere su cargo. Su negacionismo y sus posturas fanáticas no sólo amenazan el progreso de la comunidad, sino que también ponen en peligro la propia democracia y las instituciones.

Su postura negacionista y sus vínculos ideológicos no son sólo con el franquismo sino con el «trumpismo» más reaccionario. En los últimos meses, en un discurso en el Colegio San Agustín de Salamanca, cuestionó si el CO2 es un gas contaminante, a pesar de que expertos y organismos internacionales han señalado que las emisiones actuales de CO2, exacerbadas por la actividad humana, son una de las principales causas del cambio climático.

Las oscuras conexiones del vicepresidente de Castilla y León.

García-Gallardo ha sido objeto de debate por sus conexiones familiares con el régimen de Franco. Su abuelo materno, Juan Frings Mayer, recibió la nacionalidad española directamente de manos de Francisco Franco en 1963, un gesto que denota la estrecha relación y confianza entre las familias Frings Mayer y Franco. Estos vínculos familiares con el dictador arrojan luz sobre las influencias que podrían haber moldeado las opiniones y posturas políticas de Juan García-Gallardo.

En sus redes sociales, García-Gallardo ha defendido el franquismo con vehemencia, llegando a cuestionar por qué el franquismo era peor que la democracia. Su extremo posicionamiento y sus posturas reaccionarias y anticuadas han generado críticas no solo de la oposición, sino también desde dentro del PP, sus socios de gobierno.

García-Gallardo ha negado la existencia de la violencia machista, incluso en casos tan trágicos como el reciente asesinato de una mujer en Palencia. A pesar de la evidencia y la condena pública, el político definió el incidente como una «tragedia familiar» y sostuvo que «la violencia no tiene género».

 

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