En un intento por abordar un supuesto «fenómeno que preocupa y provoca alerta social», el gobierno de Castilla y León, bajo la coalición del PP y Vox, inauguró las oficinas anti ocupaciones. Sin embargo, los datos revelan una realidad «Okupa» completamente diferente a la que se intenta proyectar.
Desde su apertura el 18 de mayo hasta finales de junio, estas oficinas han recibido una escasa participación ciudadana, con sólo 27 llamadas telefónicas y siete visitas presenciales. Lo que es aún más revelador es que provincias como Salamanca, Ávila o Soria no han registrado ningún contacto. Mientras tanto, la región enfrenta desafíos más apremiantes, como la despoblación y la fuga de empresas, que parecen haber sido relegados a un segundo plano.
El consejero de Vivienda, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presentó este servicio «Anti Okupa» como una solución a un problema que, según los datos, es prácticamente inexistente. En 2022, hubo 1.596 desahucios en la región, en comparación con las 285 denuncias de ocupaciones. La despoblación, un problema real y palpable, fue la principal preocupación para el 30,5% de los encuestados en una encuesta del CIS, mientras que la ocupación ostentaba el puesto 37 en las inquietudes sociales.
Esta oficina, que ha demostrado ser ineficaz, no sólo ha sido un gasto innecesario para la región, sino que también ha servido para hacer el ridículo y cuestionar las prioridades del gobierno regional. En lugar de abordar problemas reales y urgentes, el gobierno de Castilla y León ha optado por invertir en una oficina que, hasta ahora, ha tenido un impacto mínimo en la vida de sus ciudadanos.
La artificial alarma «Okupa» generada por el PP, pero sobre todo por VOX, para intereses políticos sin tener ningún tipo de justificación.
El tema de las ocupaciones ha sido magnificado y utilizado como herramienta política, especialmente por VOX, para ganar apoyo. A pesar de que las cifras reales no justifican tal alarma, la narrativa del miedo ha sido alimentada y presentada como un problema creciente y descontrolado. Esta táctica ha permitido a partidos como VOX presentarse como los «defensores» de la propiedad privada, ganando apoyo entre ciertos sectores de la población. Sin embargo, el desgaste político de VOX en Castilla y León, evidenciado por su reducción a un único representante tras las elecciones del 23J, muestra que la estrategia basada en el miedo y la desinformación tiene sus límites. La política del miedo no ha sabido competir contra la política de propuestas reales y constructivas.
La utilización por parte de empresas privadas de este bulo para ganar dinero.
La alarma artificial sobre las ocupaciones ha sido una mina de oro para empresas privadas, especialmente aquellas que venden sistemas de alarma y seguros. Empresas como Securitas Direct han promocionado la protección contra la ocupación, a pesar de que los robos en viviendas son significativamente más numerosos que las ocupaciones. La desinformación juega un papel crucial en la percepción del problema. Bulos como «si te vas de vacaciones, encontrarás tu casa ocupada cuando regreses» se han difundido ampliamente, a pesar de ser infundados. Estos bulos son alimentados por actores con intereses específicos y se amplifican a través de las redes sociales y ciertos medios de comunicación.