El rectorado es la imagen visible de toda universidad, su «fachada» ante la sociedad. Y en efecto, una nueva fachada de la Universidad de Salamanca está por llegar con las inminentes elecciones al cargo rector.
Tras la dimisión de Ricardo Rivero Ortega, la institución afronta en mayo un proceso electoral crucial que definirá su rumbo en el contexto marcado por la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) y la negociación de nuevos estatutos en un par de años.
Hasta el momento sólo se conoce que concurrirá a las futuras elecciones Juan Manuel Corchado Rodríguez, que ya se presentó como candidato al rectorado en el proceso electoral de 2017 del que salió victorioso Ricardo Rivero.
Ante este panorama, la Universidad se enfrenta a un nuevo desafío en el que podrían concurrir varias candidaturas como ya sucediera tras el verano de 2017. Si así sucediera, los candidatos que se perfilan como las principales opciones para ocupar el cargo de rector:
1. Juan Manuel Corchado Rodríguez:
Catedrático en el Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, Corchado se posiciona como el favorito tras obtener el mayor apoyo en las pasadas elecciones al Claustro de noviembre de 2023. Ha sido Vicerrector de Investigación (2013-2017) y Director del Parque Científico, además de Decano de Ciencias en dos ocasiones. Dirige el Grupo BISITE desde 2000 y es Director del IOT Digital Innovation Hub, presidente del AIR Institute y profesor visitante en Osaka, Universiti Malaysia Kelantan.
Actualmente coordina Másteres en Seguridad, Transformación Digital, Animación, IoT, Blockchain y Smart Cities en la USAL. Es editor jefe de revistas punteras y desarrolla proyectos en IA, IoT, Smart Cities, Análisis de Sentimiento, etc. Recientemente se incorporó al Patronato de la Fundación AstraZeneca.
Entre sus propuestas están crear un nuevo campus universitario en una zona céntrica de la ciudad que tendría apalabrado con el Ayuntamiento de Salamanca y ampliar la oferta académica a través de microcredenciales y másters enfocados al mercado laboral, mientras algunos sectores critican su falta de experiencia en docencia e investigación en áreas que no tienen que ver con la digitalización otros lo ven como la apuesta más segura y con mayor potencial debido a sus últimos años impulsando y potenciando la innovación en relación con la Inteligencia Artificial.
2. María Susana Pérez Santos:
Catedrática del Área de Electrónica y exvicerrectora de Investigación y Transferencia en la primera etapa de Rivero. Pérez Santos podría capitalizar el descontento con la propuesta de Corchado y atraer el voto de los sectores más críticos. Su experiencia en gestión y su conocimiento de la USAL la convierten en una candidata fuerte, aunque su desafío sería articular un equipo de Gobierno con perfiles técnicos capaces de plantear una alternativa a Corchado y conformar un programa electoral con suficiente apoyo.
3. María José Rodríguez Conde:
Rectora en funciones y exvicerrectora de Docencia e Innovación Educativa. Rodríguez Conde se presentaría como una opción continuista. Su conocimiento de la gestión universitaria y su experiencia en la implementación de la LOSU podrían ser sus principales bazas, aunque algunas fuentes la consideran continuista de la gestión de Rivero y no ofrecería aires de renovación como el principal candidato, Corchado.
4. Nicolás Rodríguez García:
Catedrático de Derecho Procesal y actual vicerrector de Postgrado y Formación Permanente. Rodríguez García se presentaría como una alternativa a los candidatos con mayor experiencia en gestión. Su perfil técnico y su perfil innovador podrían ser atractivos para algunos sectores de la comunidad universitaria, aunque su candidatura se enfrentaría al reto de superar la fragmentación del voto.
La pluralidad de candidaturas en estas elecciones sería un hecho positivo para la USAL y una gran ocasión para definir la mejor fachada de la Universidad de Salamanca para los próximos años. La diversidad de ideas y propuestas enriquecería el debate y permitiría a la comunidad universitaria elegir el proyecto que mejor se adapte a las necesidades de la institución en este momento crucial.
Más allá de las individualidades, el futuro de la USAL dependerá de la capacidad de la comunidad universitaria para implicarse en el proceso electoral y debatir sobre los diferentes proyectos. Independientemente del número de candidaturas que se conformen, la participación activa y el voto responsable serán claves para que la universidad se encamine hacia una elección de una nueva fachada de la universidad de Salamanca que debe saber adaptarse a una realidad cada vez más cambiante y llena de desafíos.